La desigualdad de género nació en el Neolítico

Dolmen de Berdoias, en Vimianzo (Wikimedia Commons / Lameiro)
15/8/2020
dolmendedombate.com/US 

Un equipo de especialistas de la Universidad de Sevilla ha investigado el inicio del dominio masculino sobre la mujer en la prehistoria peninsular.

El equipo investigador, perteneciente al departamento de Prehistoria y Arqueología ha evidenciado, en un trabajo publicado en European Journal of Archaeology, que fue en el Neolítico cuando nació la desigualdad de género que supuso el origen de la dominación masculina en posteriores períodos históricos.

Para llegar a estas conclusiones, el grupo ha analizado, por un lado, condiciones de vida y aspectos demográficos y, por otro, prácticas funerarias. En el primer grupo estudiaron factores como la razón de sexo (proporción demográfica entre hombres y mujeres), la dieta, datos genéticos, la movilidad, las enfermedades más comunes y los marcadores de estrés detectados.

En un segundo grupo consideraron datos como el tipo de enterramiento, el carácter primario o secundario del depósito, si se trataba de un enterramiento individual o colectivo, la organización espacial del mismo, la posición y orientación de los cuerpos, los elementos de ajuar que se depositaban en la tumba o los gestos funerarios (signos de manipulación de los cadáveres, pigmentaciones o alteraciones inducidas por el calor).

El estudio concluye que la desigualdad entre hombres y mujeres no estaba consolidada ni extendida de forma generalizada en el Neolítico peninsular. Sin embargo, aparecen de forma progresiva situaciones que indican un dominio del hombre sobre la mujer.

RITOS FUNERARIOS Y ROLES 

La investigación apunta a cuatro grandes líneas en las que se puede investigar la desigualdad de hombres y mujeres a lo largo de los sucesivos periodos históricos: su acceso a los ritos funerarios, las condiciones materiales de su existencia, la aparición de roles sociales específicos para cada uno de los géneros y la creciente asociación del hombre con la violencia.

Es precisamente este último aspecto el que más evidente resulta en el estudio. Las heridas de flecha en cuerpos masculinos, el depósito de proyectiles en sus tumbas o las representaciones pictóricas (arte rupestre) de hombres en labores de caza o de guerra no tienen un paralelo equivalente en las mujeres.

Por ello, la investigación apunta al nacimiento de una ideología que conectaba a los hombres con el ejercicio de la fuerza. En este sentido, destacan que la creación de roles diferenciados en función de los géneros y otras formas de desigualdad de género jugaron un papel fundamental en la aparición y desarrollo del entramado social.