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| Puntas de flecha en el Museo Arqueológico de A Coruña |
dolmendedombate.com/CSIC
Un estudio paleogenético del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha permitido recuperar y analizar 180 genomas de Hungría, Alemania y España de hace entre 8.000 y 4.000 años, revelando que los primeros agricultores se entrecruzaron con los cazadores locales durante miles de años y que el proceso de la revolución neolítica fue más complejo de lo que se pensaba hasta ahora.
El cambio del modo de vida cazador-recolector a agricultor representa la mayor transición demográfica experimentada por el ser humano en millones de años. La agricultura surge en Oriente Próximo hace unos 10.000 años y posteriormente se expande hacia Europa, donde en pocos miles de años reemplaza a las comunidades cazadoras del mesolítico.
Aunque desde hace algunos años se sabe que ambos grupos eran genéticamente distintos gracias, en parte, al análisis del genoma mesolítico del "Hombre de la Braña", en León, las dinámicas locales de este proceso de reemplazamiento eran hasta ahora poco conocidas.
Gracias a la investigación desarrollada por el CSIC, se ha podido determinar que en los casos estudiados, después de la llegada inicial de los primeros agricultores, estos se entrecruzaron con los cazadores locales a lo largo de varios siglos.
“Los genomas de los agricultores del neolítico medio, final y del calcolítico de la península ibérica muestran cerca de un 25% de componente genético procedente de cazadores afines a La Braña, mientras que los de Europa central muestran afinidades con cazadores de esa región” -afirma Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva, un centro mixco del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
En futuras investigaciones, el análisis de más individuos prehistóricos peninsulares ayudará a completar el panorama del período neolítico y a entender los cambios genómicos que tuvieron lugar con posterioridad en la edad de los metales.
(Texto en galego)